El Anak Krakatoa,el volcán indonesio que provocó el devastador tsunami del 23 de diciembre entre Java y Sumatra, provocó víctimas y desperfectos en casas y centros públicos en las zonas de Banten y Lampung.
El pasado 11 de enero una delegación de Sant’Egidio llevó ayuda al pueblo de Teluk Labuan Banten, en una de las zonas más afectadas por el tsunami. La ocupación principal de los habitantes del pueblo es la pesca y caso todos han perdido el trabajo porque las barcas y sus equipamientos quedaron destruidos. Aquel desastre también provocó muchos traumas a los niños: además de sus casas, sus libros de colegio, su ropa y sus juguetes quedaron destruidos.
Gracias a la buena cooperación con la Muhammadihay indonesia, se repartieron víveres y pequeños electrodomésticos a las familias desplazadas y a centros escolares, y uniformes para los niños, para que pudieran reanudar una vida normal..