Sant'Egidio es una comunidad cristiana que nació en 1968, apenas finalizar el Concilio Vaticano II, por iniciativa de Andrea Riccardi en un instituto del centro de Roma. Con los años se ha convertido en una red de comunidades que se ha extendido por más de 70 países y que dedica una especial atención a las periferias y a los periféricos. La forman hombres y mujeres de distintas edades y extracciones que están unidos por un lazo de fraternidad basado en la escucha del Evangelio y en el trabajo voluntario y gratuito por los pobres y por la paz.
La oración, los pobres y la paz son sus referentes fundamentales.
La primera obra de la Comunidad es la oración, una oración basada en la escucha de la Palabra de Dios que acompaña y orienta su vida. En Roma y en todo el mundo la oración de la Comunidad es también un lugar de encuentro y de acogida para quien quiere escuchar la Palabra de Dios e invocar al Señor.
Los pobres son los hermanos y los amigos de la Comunidad. La amistad con los necesitados –ancianos, personas sin hogar, migrantes, discapacitados, presos, niños de la calle y de las periferias– es un rasgo distintivo de la vida de quienes participan en Sant'Egidio en los distintos continentes.
La guerra es la madre de todas las pobrezas. Por eso la Comunidad trabaja por la paz, para protegerla allí donde está amenazada y para ayudar a reconstruirla facilitando el diálogo allí donde se ha perdido. Para Sant'Egidio trabajar por la paz es una responsabilidad de los cristianos, forma parte de un servicio más amplio en favor de la reconciliación y la fraternidad que se concreta, entre otros, en el trabajo ecuménico y en el diálogo interreligioso según el “espíritu de Asís”.