Una delegación de la Comunidad ha ido a Bandung (Indonesia) para visitar el lugar donde en 1955 se celebró la Conferencia Asia-África que reunió por primera vez a los líderes de 29 países de lo que se denominó Tercer Mundo, con el objetivo de crear una alianza para contrarrestar la pobreza, apoyar la independencia de los países que aún estaban bajo el dominio colonial e imaginar un mundo multipolar y solidario.
Entre los impulsores estaban Indonesia, India y la República Popular China. Durante la conferencia se abordaron los temas de la igualdad entre países, el apoyo a los movimientos de liberación del colonialismo, el rechazo de los conflictos y se terminó con la firma de la “Declaración por la promoción de la paz en el mundo y la cooperación” que pasó a conocerse como “Declaración de Bandung”.
Entre los diez puntos que la forman, están el respeto de los derechos humanos, el reconocimiento de “la igualdad entre las razas y entre todos los países, grandes y pequeños”, la resolución de las disputas internacionales con medios pacíficos, la promoción de la cooperación internacional.
Era el proyecto de un mundo unido y al mismo tiempo multipolar, donde cada pueblo pudiera ejercer su derecho a existir y a desarrollarse. Un gran sueño de paz y de justicia, que por desgracia en los años posteriores solo se implementó parcialmente, pero que sigue siendo la expresión de una tensión por crear una alianza de países y pueblos que hasta entonces no habían tenido voz en la historia y se asomaban a la escena mundial. Allí se pusieron las bases de lo que, a principios de los años 60, se convirtió en el Movimiento de los países no alineados.
En el 70 aniversario de aquella histórica conferencia, la delegación de Sant’Egidio ha visitado el lugar donde se celebró y el museo donde se conservan sus documentos, para que aunque las tensiones unitivas parece que se debilitan, no se pierda el recuerdo de este sueño de convivencia y de alianza entre los pueblos. Como escribió Andrea Riccardi en el mensaje que dejó en recuerdo de esta visita: “Reconocemos que los valores de libertad, independencia y derechos humanos que se afirmaron aquí, aunque luego solo se aplicaron en parte, siguen siendo válidos”.
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