La guerra civil –que empezó el 15 de diciembre de 2013– ya ha provocado la muerte de decenas de miles de personas. La situación del país es dramática: 2,5 millones de personas en campos de refugiados de países limítrofes y 2 millones de refugiados internos (Fuente ACNUR). Unos 6,3 millones de personas sobreviven gracias a una ingente ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos. Los enfrentamientos armados entre las distintas facciones son continuos y las carreteras son impracticables: las únicas conexiones internas se hacen por vía aérea. La situación conflictiva del país es aún más dramática por la gran cantidad de armas que hay en circulación. Las Naciones Unidas calculan que unas 700 mil armas ligeras (con un porcentaje elevado de AK47) están en manos de la población civil.
En septiembre de 2018 el partido del presidente Salva Kiir Mayardit (SPLM) y los partidos de oposición como el SPLM/IO de Riek Machar, el South Sudan Opposition Alliance (SSOA), los Former Deteinees (FDs) y Other Political Parties (OPP) firmaron el Acuerdo para el cese del conflicto en Sudán del Sur (R-ARCSS). Otros partidos como el National Salvation Front (NAS) de Thomas Cirillo y exponentes de varios grupos no quisieron firmar el acuerdo porque no compartían sus fundamentos políticos.
El Acuerdo de septiembre de 2018 preveía un periodo de pre-transición. Durante dicho periodo habría que resolver los problemas asociados a la formación de un ejército nacional y al número y límites de los estados. Una vez finalizado dicho periodo debería formarse un Gobierno de unidad nacional (R-TGoNU).
El periodo de pre-transición ya ha experimentado dos ampliaciones de 6 y 3 meses, y no se han resuelto los problemas para formar un Gobierno de unidad nacional.
Las divergencias políticas, especialmente entre el SPLM de Salva Kiir y el SPLM/IO de Riek Machar, son muy fuertes. El primero quiere formar el Gobierno de unidad nacional de inmediato y el segundo está dispuesto a formarlo solo cuando se resuelvan las cuestiones de la unidad del ejército y del número de estados.
Al mismo tiempo, los partidos que no firmaron el Acuerdo de paz se han unido en el South Sudan Opposition Movements Alliance (SSOMA) y han ejercido presión sobre los firmantes para que aceptaran sus propuestas políticas y hacer así que el acuerdo fuera lo más inclusivo posible.
En abril de 2019 el papa Francisco, el arzobispo de Canterbury, el Moderador de la Iglesia presbiteriana de Escocia los y obispos de todas las denominaciones cristianas de Sudán del Sur convocaron un retiro espiritual en el Vaticano para ayudar al proceso de paz.
La Comunidad de Sant’Egidio hace tiempo que trabaja para facilitar el diálogo político entre todos los firmantes: en primer lugar, organizando encuentros con el National Pre Transitional Committee (NPTC), órgano encargado de implementar el acuerdo de paz; yen segundo lugar facilitando el diálogo político entre los firmantes y los no firmantes del Acuerdo.
En noviembre de 2019 la Comunidad organizó un encuentro de los no firmantes que quisieron declarar públicamente su compromiso con el diálogo político con el Gobierno y los firmantes para evitar cualquier tipo de enfrentamiento armado.
La declaración de Roma que firmaron el 12 de enero de 2020 el Gobierno de Sudán del Sur y los movimientos de oposición que se comprometieron a un cese de las hostilidades y al diálogo político es un paso fundamental para llegar a la paz y la estabilidad de Sudán del Sur.
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