Llevan meses preparando estas "vacaciones especiales" en Grecia, recaudando fondos en las redes sociales y con eventos dedicados, organizando materiales y actividades didácticas. Ahora los Jóvenes por la Paz de Roma y otras ciudades italianas y europeas se encuentran en Atenas, para pasar semanas con los niños de los campos de refugiados de Schisto (en las afueras de la capital griega) y Corinto.
En ambas colonias hay unos 200 niños y niñas. Vienen de muchas tierras afectadas por la guerra y la pobreza, pero sobre todo de Siria, Afganistán, Irán, Irak, Congo. Países lejanos pero sólo geográficamente: sus nombres son familiares, porque se repiten en la oración por la paz que se celebra cada mes en todas las Comunidades de Sant'Egidio del mundo.
Muchos niños han sido refugiados prácticamente desde su nacimiento: nunca han tenido un hogar real. Conocen la migración y después una vida nómada sin aterrizar nunca en un sitio seguro.
En estas vidas precarias, el verano con los Jóvenes por la Paz se ha convertido desde hace unos años en señal de estabilidad. Las familias y niños que llevan tiempo en las colonias, de hecho, les esperan, para pasar unas semanas de viajes, visitas, juegos, amistad... y una excelente comida.