El 1 de octubre se inauguró la nueva casa de la Comunidad de Sant’Egidio en Agoe, un barrio grande y muy poblado de la periferia de Lomé, la capital de Togo.
Fue un día de fiesta, oración y solidaridad con una especial atención a los ancianos. En esta zona de la capital muchos viven en condiciones de aislamiento y fragilidad, que se ven agravadas por el estado de salud, que a menudo es malo a causa de los problemas económicos o de la falta de acceso a servicios sanitarios.
Tras la liturgia, unos 50 ancianos, que normalmente no pueden ir al hospital ni pagar las visitas ni las medicinas, fueron visitados por médicos, recibieron curas de enfermería y fármacos para continuar su tratamiento.
Todo ello fue posible gracias a la presencia de un equipo de 6 médicos y 4 enfermeros, que forman parte de una red de personal sanitario que desde hace unos meses colabora regularmente con la Comunidad.
La inauguración de la nueva casa ―que coincidió con el Día Internacional de los Ancianos― terminó con una comida y una fiesta al aire libre en el amplio jardín de la nueva casa. Este no quiere ser un acto puntual, sino que forma parte de una relación de proximidad y ayuda que la Comunidad quiere mantener a lo largo del tiempo con los ancianos.