En la prisión de máxima seguridad de Zomba, una de las más grandes de Malawi, están detenidos varios cientos de ancianos: hombres que a menudo han estado en prisión durante años, si no décadas, por razones a veces triviales o incluso sin juicio. Pobres, a menudo enfermos, "olvidados" porque no pueden pagar a un abogado para llevar su caso ante los tribunales, han perdido los lazos con su familia a lo largo de los años y no pueden, debido a su edad, realizar esos pequeños trabajos que les permiten, incluso en prisión, comprar un poco de comida y algunas necesidades básicas: viven en condiciones de extrema pobreza.
Tienen historias diferentes, pero comparten la pobreza y el aislamiento. Antonio tiene 74 años. El hijo vive lejos y no puede mantenerlo. Lleva 10 años esperando el juicio. Anderson, de 68 años, lleva 15 años en prisión por una disputa y no sabe cuándo saldrá en libertad. Duermen en el suelo, en celdas pequeñas y hacinadas. La comida se distribuye sólo una vez al día. No hay visitas ni tratamientos médicos y, con la edad, aumentan los riesgos para la salud.
Las autoridades penitenciarias de Malawi cuentan con la presencia regular de Sant'Egidio en las cárceles, como factor de humanización y apoyo. En Zomba, fue el propio director de la prisión quien solicitó una intervención extraordinaria de la comunidad para unos 200 ancianos y enfermos, privados de cualquier apoyo externo. Se hizo para ellos una distribución extraordinaria de alimentos y la Comunidad asumió la responsabilidad de mantener una atención constante a sus necesidades y visitarlos periódicamente.
La intervención se enmarca en un contexto económico difícil para Malawi, donde muchas personas, dentro y fuera de prisión, viven situaciones de gran dificultad. En esta situación, muchos jóvenes emigran y los ancianos a menudo quedan solos y marginados, en situaciones extremadamente precarias. Desde hace años, Sant'Egidio se compromete a mejorar la condición de los ancianos con diversas iniciativas, entre ellas un proyecto de ley, aprobado en abril de 2024, que prevé subvenciones económicas, servicios de ayuda a domicilio y una mayor protección por parte de las instituciones en defensa de sus vidas. Un representante de Sant'Egidio forma parte del Comité Director y sigue la aplicación de la ley. Para más información haga clic aqui.
