El #santegidiosummer comenzó en la isla de Chipre junto a refugiados del campo de Pournara, una zona industrial a unos diez kilómetros de la capital, Nicosia. Construido a finales de 2019 para albergar un máximo de 800 personas, ahora acoge a más de 2000. Hacinamiento, falta de agua potable y mínima higiene: la vida de los refugiados en el campo es muy dura.
Aquí, desde hoy y durante todo el mes de agosto, tendrán lugar las actividades de Sant'Egidio, en las que participarán unos 140 voluntarios de varios países europeos. El primer grupo llegó hace unos días y de inmediato se puso manos a la obra. De hecho, ayer se abrieron "las tiendas de la amistad" para los refugiados. Bajo las carpas, el restaurante de Sant'Egidio representa un oasis en el desierto, en un lugar donde las temperaturas son realmente muy altas. Aquí las familias pueden comer unidas: alrededor de las mesas, juntos con buena comida, y mucha amistad. Al primer día de la inauguración asistieron 500 refugiados, la mayoría de Asia y África.
Un agradecimiento especial a las instituciones de Chipre, a los del campo de refugiados y a la nunciatura apostólica que contribuyeron activamente en la instalación de las estructuras y el restaurante.