MIGRANTES

A los campos de refugiados de Chipre, con Sant’Egidio, llega la Navidad para todos: fiestas, solidaridad y corredores humanitarios

Entre los más pequeños también esta Life, una niña de Gaza

Se llama Life, vida. Nació bajo las bomba en Gaza. Huyó en brazos de su padre y de su madre, y ahora está en Chipre, en el campo de refugiados de Pournara. Ella es una de las invitadas más jóvenes a las comidas y a las fiestas que estos días en los campos de refugiados que hay en la isla mediterránea organiza un grupo de Sant’Egidio en “misión invernal”: unas veinte personas –entre italianos, alemanes y nuevos europeos, algunos de los cuales llegaron a Europa con los corredores humanitarios–  que están en Chipre desde los primeros días de 2025.

Su llegada coincide con la reapertura de la gran carpa que en verano se convierte en el Restaurante de la Amistad. Es un signo inequívoco de esperanza: durante algunos días se celebraron comidas de Navidad para los 400 refugiados de Pournara. Al igual que en todo el mundo, mantel rojo, comida buena y abundante, un clima familiar y regalos personalizados para todos.
Los días siguientes, la misión se desplazó a otros dos campos de la isla. Además de Pournara, que es el centro de primera acogida, están los campos de Kofinou (para familias ya registradas, unas 500 personas) y Limnes (para los que esperan a ser repatriados). Allí repartieron alimentos y regalos, e hicieron fiestas y juegos para los niños.  
El último año no han aumentado los refugiados. De hecho, las solicitudes de asilo –unas 6500– han disminuido en un 50% en comparación con hace dos años. La mayoría de refugiados, unos 4300, son sirios. Los demás son congoleños, cameruneses, somalíes, sudaneses, iraníes e iraquíes.
Este año la Navidad para todos también ha cruzado las puertas de la cárcel de Nicosia, donde hay unas 70 mujeres detenidas de distintas nacionalidades – congoleñas, rusas,  bielorrusas, iraníes y de varios países asiáticos– por motivos administrativos, mayoritiariamente por tener documentos de identidad irregulares. Cantos, bailes y la llegada de Papá Noel hacen que vuelva la sonrisa a  los rostros de estas mujeres, muy jóvenes pero con los ojos llenos de sufrimiento.
Las misiones de Sant’Egidio en Chipre, que se suceden regularmente desde diciembre de 2021, tras la visita del papa Francisco, también se proponen ayudar a ejercer el derecho al reasentamiento. Hasta hoy,  unas 160 personas han podido llegar a un destino estable en Europa gracias a los corredores humanitarios.