"Las últimas semanas he sabido que algunas amigas mías que habían ido a vivir a residencias han muerto. Podrían haber estado en su casa con alguien que las ayude, como hago yo misma". Isabel, anciana de 92 años, recuerda el drama que se ha vivido en las residencias durante la pandemia de covid-19 y al mismo tiempo indica una alternativa para que los ancianos puedan quedarse en su casa.
Fueron los amigos de Isabel, de la Comunidad de Sant’Egidio, los que llevaron su testimonio a una mesa redonda celebrada en la Basílica de los santos Justo y Pastor de Barcelona sobre un nuevo modelo de atención y cuidado de los ancianos.
En su intervención Jaume Castro, de Sant’Egidio, señaló que "la pandemia de covid-19 ofrece la oportunidad de transformar el modelo actual para dar un giro radical y optar por la asistencia a domicilio. En definitiva, ayudar a los ancianos a quedarse en casa".
Participaron en la mesa redonda José Augusto García Navarro, presidente de la Asociación Española de Geriatría y Gerontología y director general del Consorcio de Salud y Social de Cataluña, que afirmó que "cada vez que un anciano termina en una residencia es un fracaso"; y Montserrat Vilaseca, responsable del servicio a los ancianos de Sant'Egidio, que presentó el programa "Viva los Ancianos" y afirmó que "estar con los ancianos, ayudarles en su casa, sostenerles, es invertir en humanidad y humanizar nuestra ciudad".
El encuentro, que siguió todas las normas previstas para garantizar protección del covid-19, despertó gran interés y fue la oportunidad de seguir difundiendo el llamamiento "SIN ANCIANOS NO HAY FUTURO".
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