Desde el hospital de Panzi en el Congo (donde atiende a mujeres víctimas de la violencia) el Dr. Mukwege, ganador del Premio Nobel de la Paz 2018, ha mostrado su adhesión al llamamiento Sin ancianos no hay futuro..
“Apoyo su iniciativa - escribió - dirigida a promover la salud de los ancianos que, en esta época de la Covid-19, han sido los más afectados por la pandemia. Creo que es necesario que el mundo tome nuevas iniciativas sociales y sanitarias para garantizar una mejor atención a las personas mayores”.
El Dr. Mukwege comenzó a construir el hospital de Panzi en 1998, en las afueras de Bukavu. Allí, el ginecólogo congoleño ha tratado a más de 50.000 mujeres hasta la fecha. Por su esfuerzo contra la violencia ejercida sobre las mujeres en zonas de guerra, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
Al comienzo de la pandemia de coronavirus, lanzó un llamamiento para la prevención del contagio en África. Un departamento del hospital se dedica a la atención de los pacientes infectados por el virus, destacando cómo los ancianos y las mujeres son dos colectivos de riesgo particularmente para África. “Atravesamos una crisis sanitaria sin precedentes. Puede afectarnos a todos, pero expone a los más vulnerables, como los ancianos, a riesgos añadidos. Debido a las disparidades de género profundamente arraigadas, las niñas y las mujeres se verán afectadas por esta pandemia de diferentes maneras. Aunque las muertes por coronavirus hasta ahora se han dado más en el género masculino, las mujeres representan el 70% de los cuidadores y trabajadores sociales”.
Su firma se suma a las numerosas adhesiones del mundo de la cultura y la ciencia, y a las decenas de miles de adhesiones que siguen llegando de todo el mundo. El objetivo, llevar a cabo una revuelta moral contra la sanidad selectiva, para que haya un cambio de rumbo en la atención y cura a los ancianos. Y sobretodo, para que los más vulnerables nunca sean considerados una carga o, peor aún, inútiles.
