La Comunidad de Sant’Egidio expresa sus condolencias al pueblo somalí y a sus instituciones por el gravísimo atentado que hoy ha provocado en Mogadiscio casi cien muertos, entre los que había muchos jóvenes, estudiantes universitarios.
Desde 1992 Somalia está en guerra, una guerra que en las décadas posteriores se ha transformado en un continuo luto para la población civil. Es un conflicto olvidado en el que la vida humana no vale nada. No pasa semana sin que haya víctimas en ataques terroristas de distinta intensidad. Mientras tanto el país se divide sin que los dirigentes somalíes logren encontrar un acuerdo sobre la misma Constitución y sobre la ordenación institucional del país. Varios intentos para resolver el problema han sido en vano en estos años y las regiones somalíes tienden a separarse unas de otras, en una especie de "sálvese quien pueda" a causa del abandono y el desinterés internacional.
La Comunidad de Sant’Egidio condena el enésimo ataque terrorista y se dirige con urgencia a la comunidad internacional para que Somalia no sea abandonada a un destino de muerte y disgregación y se inviertan energías y recursos para su pacificación. En nuestro trabajo con los refugiados hemos conocido y continuamos conociendo a muchos somalíes que huyen de su país, que se ha convertido en un lugar invivible. Nos explican historias tremendas de guerra y de sufrimiento que ya nadie escucha.
Es necesario un movimiento de indignación y de compromiso internacional para que también en Mogadiscio se deje de morir de esta manera absurda.