Dombe es un pequeño pueblo a unos 350 km de Beira. Allí no solo hubo el ciclón Idai, que en la terrible noche del 14 de marzo se lo llevó todo, sino que la crecida del río Buzi sorprendió a los habitantes mientras dormían y se llevó sus casas por delante. Casi 200 personas perdieron la vida.

Hoy los supervivientes viven en condiciones dramáticas, en chabolas cubiertas de plástico, cerca de los lugares donde antes estaban las casas.

Sus historias son dramáticas. Lo han perdido todo: casa, cosechas, y han visto morir a muchos de sus vecinos. Los alimentos escasean y hay pocas esperanzas de poder volver a cultivar la tierra en breve.

No es fácil llegar hasta allí. La zona ha quedado mucho tiempo aislada a causa del agua. Pero ayer un grupo de Sant’Egidio llegó hasta allí y repartió ayuda, que fue recibida con gran alegría, porque es la señal del final de un largo aislamiento y la esperanza de volver a empezar.

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