19 de noviembre de 2023: hoy se llega a la trágica cifra de mil días de guerra en Ucrania, mientras en el frente de batalla se recrudecen las operaciones militares con nuevos lanzamientos de misiles y drones. El pueblo ucraniano está pagando un altísimo precio, con muchas víctimas: doce mil civiles asesinados, según la ONU, que registra un incremento en los últimos meses.
Algunos cálculos hablan de un millón de soldados, muertos y heridos, entre ambos lados. El agravamiento de los ataques provoca destrucción de viviendas, escuelas, hospitales e infraestructuras. El 65% de las centrales eléctricas se han visto afectadas, lo que ha tenido gravísimas consecuencias en el suministro de electricidad, agua y calefacción. En los próximos días llegarán las primeras heladas y se anuncia el invierno más duro desde que empezó la guerra, sobre todo para la población que vive en las regiones más próximas al frente. Para los 3,6 millones de desplazados internos aumenta la pobreza. Se estima que hay 14 millones de personas vulnerables en una población que, desde febrero de 2022, ha descendido a 30 millones. Prácticamente una de cada dos familias ucranianas necesita ayuda humanitaria.
Mil días de guerra han sido mil días de solidaridad de la Comunidad de Sant’Egidio en Ucrania. Gracias a su arraigada presencia en el país desde 1991, Sant’Egidio ya en los primeros días de la invasión rusa tendió una extensa red de ayuda humanitaria que ha podido dar respuesta a las necesidades cada vez mayores de la población. La dedicación de los miembros de Sant’Egidio en Ucrania, alimentada por una cadena de solidaridad que parte de Italia y de otros países europeos, ha permitido, entre otras cosas, abrir cinco centros para desplazados internos (3 en Kiev, 1 en Leópolis y 1 en Ivano-Frankivsk) que ayudan a diez mil personas al mes, y también ha permitido enviar medicamentos a más de 200 centros sanitarios de las zonas oriental y meridional del país, las más afectadas por las operaciones bélicas. También han abierto 9 Escuelas de la Paz para niños que han sufrido el trauma de la guerra en el ámbito de una ayuda más amplia que ha llegado a casi diez mil menores.
En mil días de guerra se han enviado 153 cargamentos, con un total de 2400 toneladas de ayuda humanitaria y un valor de 27 millones de euros. 450.000 personas han recibido alimentos, ropa, productos de higiene personal, y 2 millones de personas se han beneficiado de la ayuda sanitaria de Sant’Egidio.
Ucrania necesita paz y el trabajo humanitario mantiene viva la esperanza. Para alimentarla hace falta una ayuda más extensa y generosa, que no puede debilitarse, sino que, por el contrario, debe reforzarse: tras mil días de guerra, invertir en ayuda a la población es la única manera de dar un futuro a Ucrania, porque la solidaridad ya construye ahora un trozo de paz.
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