Del 11 al 17 de julio Andrea Riccardi visitó la ciudad de Nampula, en el norte de Mozambique: unos 70 representantes presentes en todas las zonas del país, sur, centro y norte, le esperaban, reunidos para reflexionar juntos sobre la vida y las perspectivas de Sant'Egidio en el país. Su presencia, señal de una cuidadosa atención hacia Mozambique que viene de lejos, fue un gran estímulo.
La reflexión propuesta por Andrea Riccardi llevó a los participantes a cuestionarse sobre las perspectivas de la Comunidad en el país, en un momento difícil pero también de grandes expectativas, marcado por los atentados terroristas en el norte y por un desarrollo económico importante pero desigual, a menudo una fuente de injusticias en el país.
Sant'Egidio, es y cada vez más quiere ser una Comunidad con rostro de madre hacia los más pobres, los niños, los ancianos abandonados y marginados, los presos, los que viven en la calle, los refugiados de las zonas conflictivas de Cabo Delgado. Hay una gran demanda por parte de los jóvenes, tanto en las grandes ciudades como en los pequeños pueblos, que buscan futuro y estan angustiados por la falta de perspectivas. Andrea Riccardi recordó cómo todo el mundo está llamado a vencer el mal con el bien, y cómo los servicios a los pobres se caracterizan por historias de grandes y pequeñas victorias sobre el dolor y el mal. Muchos de los participantes subrayaron la responsabilidad respecto a la vida social, en pueblos remotos, como en las grandes ciudades de Mozambique.
Las comunidades de la provincia de Nampula, que viven en ciudades y pueblos más pequeños, también se aplegaron en Nampula y se reunieron con Andrea Riccardi la mañana del día 13. Más de 300 personas, en su mayoría jóvenes, reflexionaron conjuntamente sobre cómo ser comunidades proféticas en los pueblos pequeños, donde la gente se siente olvidada, en la visión de Sant'Egidio que ve el corazón de su presencia en los suburbios.
Por la tarde del mismo día se reunieron las comunidades de los distintos barrios de Nampula, aquí también con unos 300 participantes. En esta ciudad Sant'Egidio es un organismo público conocido y respetado, gracias a la importante labor de las Escuelas de Paz, con los ancianos, con los refugiados de Cabo Delgado y con el programa BRAVO. La presencia en una ciudad tan importante ha propiciado el crecimiento de una red de comunidades en pueblos y pequeñas ciudades de la provincia, en una de las zonas con mayor densidad de presencia de Sant'Egidio en Mozambique. Entre los asistentes también se encontraban algunos jóvenes refugiados de Cabo Delgado, acogidos por la Comunidad de Nampula, que se benefician de una beca en un programa para integrarlos en la sociedad. Otros están en Pemba.
“En Mozambique –observó Andrea Riccardi– Sant'Egidio es una realidad que humaniza a la sociedad a través de su acción libre hacia los más pobres y olvidados”. En este sentido, es significativa la visita al hospital psiquiátrico de Nampula, un equipamiento que acoge a unas 35 personas, entre ellas un menor. El encuentro con los pacientes, algunos de los cuales no son mozambiqueños y tienen graves carencias de salud y materiales, ejemplifica la voluntad de una mayor presencia de la Comunitat a su lado.
