Las fuertes lluvias que azotaron a Pakistán en el último mes provocaron una inundación sin precedentes: gran parte del país está sumergido por el agua. Se estiman (por defecto) más de mil víctimas y un número incalculable de desplazados, unos 33 millones de personas.
Las regiones más afectadas son Sindh (área alrededor de la capital Karachi), una zona densamente poblada, Baluchistán y el noroeste de Punjab, en la frontera con Afganistán.
Es aquí donde la Comunidad de Sant'Egidio de Quetta ha llevado la primera ayuda de emergencia a los desplazados en los últimos días: alimentos y agua potable.
En estas áreas ya pobres, de hecho, la gente huyó sin nada. Faltan artículos de primera necesidad, provisiones y mantas.
Las comunidades de Pakistán se movilizan para recoger localmente la ayuda, que será distribuida en los próximos días en las zonas de Quetta y Karachi.
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