En la frontera polaca continúa el éxodo de ucranianos que huyen de la guerra. Se calcula que hasta el momento han llegado unas 150.000 personas. El gobierno polaco ha decidido no montar campos de refugiados en las zonas fronterizas, aisladas y con malos servicios, sino crear albergues en las grandes ciudades.
Las Comunidades de Sant'Egidio de Polonia se movilizan, tanto en Varsovia como en otras ciudades, para brindar hospitalidad, poniendo en contacto a muchas familias ucranianas con familias polacas que han comunicado su voluntad de acoger refugiados en sus hogares.
Entre ellos,llegaron algunos amigos de la Comunidad de Kiev (sanos y salvos), que tuvieron que dejar sus casas, así como estudiantes que huyeron de la ciudad de Kharkiv, que fue golpeada por fuertes bombardeos.
Es grande la generosidad que se está manifestando en estos días: una familia de Varsovia a punto de mudarse a un nuevo piso, ha aplazado la mudanza para hacer sitio, en esa nueva casa, a una mujer joven con dos niños pequeños que llegaron anoche de Kiev.
Ya se ha creado una cadena de solidaridad entre los ayudados y otros: los acogidos, a pesar de la difícil situación, han salido a la calle para ofrecer solidaridad y ayuda a los que no tienen cobijo.
Sant'Egidio continúa con su labor, repartiendo comida y ropa de abrigo en los albergues, organizando acogidas e informando sobre la protección humanitaria que ofrece la Unión Europea a los refugiados.
Para quien quiera ayudar
las ayudas económicas son útiles para comprar artículos necesarios en los lugares de llegada de los refugiados y organizar la hospitalidad.