44 refugiados sirios - incluidos 15 niños - que han vivido durante algún tiempo en campamentos de refugiados en el Líbano y que en los últimos meses han sufrido un empeoramiento de sus condiciones de vida, no solo por la pandemia, sino también por la gravísima situación política, económica social que atraviesa este país. Su entrada en Italia ha sido posible gracias a los corredores humanitarios promovidos por la Comunidad de Sant'Egidio, la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia y la Iglesia Valdense, gracias a la renovación del protocolo firmado el pasado mes de agosto con los Ministerios del Interior y Relaciones Exteriores, que prevé la llegada de otras 1000 personas en condiciones de vulnerabilidad.
Desde febrero de 2016, a través de los corredores humanitarios, han llegado a Italia más de 2050 refugiados procedentes del Líbano y, en total, a Europa, unos 4.000 solicitantes de asilo.
Los refugiados que llegaron esta mañana también serán recibidos por asociaciones, parroquias y comunidades en varias regiones italianas (Lazio, Marche, Piamonte, Sicilia y Toscana) y, después de haber pasado un período de cuarentena en cumplimiento de la normativa anti-covid, empezarán un camino de integración: para los menores mediante la matrícula inmediata en la escuela; para los adultos, con el aprendizaje de la lengua italiana y, una vez obtenido el estatus de refugiado, con la inserción en el mundo laboral. Los corredores humanitarios, íntegramente autofinanciados (gracias a las donaciones a Sant’Egidio y otra vía de donación a la Mesa Valdense) y creados gracias a una amplia red de acogida, representan un modelo eficaz, que combina solidaridad y seguridad. Tanto es así que se han replicado ya en otros países como Francia, Bélgica y Andorra.