Hace 80 años empezaron las deportaciones de judíos de las ciudades de Alemania. En Múnich había el campo de concentración de Milbertshofen, en medio de un barrio de la ciudad: todos lo sabían. Desde allí, el 20 de noviembre de 1941, salió el primer gran "transporte" de unos 1000 niños, mujeres y hombres judíos de Múnich hacia Kaunas, donde fueron fusilados cinco días después. No hubo supervivientes.
En aquel mismo lugar tuvo lugar el acto de conmemoración organizado por la Comunidad de Sant’Egidio con la comunidad judía, en el que participaron personas de toda las edades provenientes de varios países, demostrando así el valor del recuerdo.
Ernst Grube, uno de los últimos supervivientes, recordó: "Aún hoy oigo los gritos de la gente: gritos de miedo y desesperación de las personas arrestadas en plena noche para ser conducidas a la terminal de carga, donde empezaba su viaje hacia la muerte". Luego hablaron Ellen Presser, de la comunidad judía, el cardenal Marx, el obispo evangélico Bedford-Strohm, Ursula Kalb, de la Comunidad de Sant’Egidio, y un representante del ayuntamiento de Múnich. Los niños de la Escuela de la Paz cerraron el acto leyendo un llamamiento por un mundo que no excluya a nadie.