En el Líbano, la situación económica y social sigue empeorando: la moneda local, la lira, ha perdido alrededor del 85% de su valor frente al dólar. La creciente devaluación ha provocado un aumento de los precios, incluidos los de primera necesidad, que aumentaron alrededor del 144%, y de los medicamentos y las materias primas. Se han cerrado muchas empresas y hay una disminución creciente de los salarios mínimos.
La grave crisis económica también se refleja en el sistema de salud que, aparte de algunos establecimientos públicos, es privado. El gobierno no garantiza los suministros médicos y el pago regular de los salarios de los médicos y el personal de los pocos hospitales públicos que existen.
La pandemia de Covid, que sin duda está más extendida de lo que los datos oficiales indican, se ve afectada por esta situación: los hisopos de PCR se pagan y no son accesibles para la mayoría de la población pobre.
Durante las distribuciones de alimentos realizadas en los últimos meses hemos conocido a muchos ancianos y familias que nos han hablado de la dificultad de encontrar medicinas. El coste de los medicamentos, incluidos los esenciales que salvan vidas, ha aumentado. Algunos de estos, necesarios para el tratamiento de la diabetes y las enfermedades cardíacas y vasculares, han desaparecido del mercado. Quienes tienen familiares en el extranjero reciben algunas cajas de medicamentos que se envían desde fuera del pais.
Hemos decidido enviar medicamentos de uso diario en Europa que no se encuentran en el pais.
Las Comunidades de Sant'Egidio de Alemania, gracias a la ayuda de donaciones, han ofrecido cerca de 400 quilos de medicamentos genéricos muy útiles para el tratamiento de las enfermedades más comunes entre la población: diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas y vasculares, antibióticos, medicamentos pediátricos. También se distribuyeron dispositivos anticovid: 20.000 mascarillas quirúrgicas y 400 quilos en paquetes de gel desinfectante.
Los medicamentos fueron entregados para su distribución en 8 dispensarios administrados por asociaciones religiosas y locales en Beirut, en las áreas periféricas de Burj Hammoud, Qarantina, Carmen Zeitoun, Ain Romanhe y el norte del Líbano en Trípoli, Qobayat, Bebnine, para la población libanesa y los refugiados presentes en el país.