Una de las muchas historias de renacimiento de ancianos que han optado por hacer cohousing, poniendo en común sus recursos, a veces muy modestos.
Lo contamos -agradeciendo a los blogs que lo popularizaron- porque representa un ejemplo de cómo es posible, incluso frente a la fragilidad, evitar la hospitalización en estructuras asistenciales cerradas, garantizando la asistencia necesaria, y seguir viviendo una intensa vida social. Y todo ello sin renunciar al lugar propio, a los afectos, a los propios intereses. Las experiencias de cohousing, de hecho, a las que Sant'Egidio está dedicando un intenso compromiso, representan una alternativa innovadora a la institucionalización y favorecen, potenciando las mismas, los recursos informales del territorio (vecinos, familiares, etc.).
Ernesto Laura es un nombre muy conocido para todo aquel que entienda de cine. Un "maestro": nacido en 1932, ocupó importantes cargos hasta los 80 años, incluido el de director del Festival de Cine de Venecia durante dos ediciones. Y, hasta 2001, fue director del Centro Experimental de Cinematografía.
Una enfermedad repentina había socavado la seguridad y la posibilidad de una vida independiente. La elección del cohousing, en una estructura construida por la Comunidad de Sant'Egidio, ha abierto nuevas perspectivas: “Ernesto vive en un contexto en el que se siente libre”, explica Roberto di Sant'Egidio. En su nuevo hogar ha organizado un pequeño espacio dedicado a leer libros y periódicos, ver películas en compañía, estar en contacto con el mundo del cine”.
Una experiencia de vida y una cultura, la suya, que habría acabado escondida tras un muro de separación y que hoy en cambio se convierte para él en una riqueza para gastar y comunicar, y para amigos, voluntarios, jóvenes, un "libro de la vida" al que acudir.
EN LA PRENSA
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