Mar adentro de las costas de Libia se ha producido el enésimo drama de la inmigración con un balance de víctimas que algunas ONG calculan en más de cien. La Comunidad de Sant’Egidio expresa en primer lugar sus condolencias a las familias de los migrantes, que en su viaje han soportado violencia y abusos desde que partieron de sus países hasta la trágica suerte que les deparó las aguas del Mediterráneo.
Un sentimiento de piedad que es necesario reforzar frente a una noticia que puede quedar en segundo plano en este amargo tiempo de pandemia.
El miércoles ya llegaron las primeras señales que advertían que la precaria embarcación iba a la deriva. Sant'Egidio hace un llamamiento a las autoridades, que habrían podido intentar socorrer la nave, para que lleven a cabo rescates en alta mar y salven a quienes corren el peligro de morir.
Es urgente dar una respuesta cuanto antes a la petición de ayuda de los migrantes en tránsito hacia Europa, especialmente los que actualmente se encuentran en Libia, con proyectos a largo plazo para vaciar los centros de detención, revisar la situación de cada persona y encontrar vías de salvación legales como los corredores humanitarios. Asimismo, hay que construir un futuro vivible en los países de origen, sobre todo para los jóvenes, con la ayuda de la Unión Europea.