Una cruz hecha con madera de barcos naufragados en la costa de Lesbos acompañó la silenciosa peregrinación de la Comunidad de Sant'Egidio al Lifejacket Graveyard, el “Cementerio de los chalecos salvavidas”. Un lugar que demuestra la gran injusticia y sufrimiento de tantos migrantes, un símbolo evidente del cierre de Europa y de la "cultura del descarte" de la que habla el Papa Francisco.