Incluso en Pakistán, donde también ha llegado la pandemia y desde hace unos días están en "lockdown" total, las mascarillas y desinfectantes son un bien precioso y raro, especialmente en los barrios más pobres.
En Faisalabad, donde se ha difundido el trabajo textil desde casa, no fue demasiado difícil encontrar amigos que pusieran a disposición la máquina de coser, algunas piezas de algodón y su capacidad, para producir mascarillas para donar y distribuir a quienes tienen necesidad.
Las piezas de algodón, cuidadosamente desinfectadas, se han transformado en mascarillas reutilizables, que se entregaron en el vecindario de la Escuela de la Paz, a niños y familias, junto con botes de líquido desinfectante en el que destaca el logotipo de Sant'Egidio.
En Lahore, se necesita comida: hace unos días, algunas familias que asistieron a la comida de Navidad acudieron a la sede de la Comunidad para pedir ayuda. Por esta razón, después de comprar bolsas de arroz y otros alimentos básicos (harina, azúcar, leche, té y jabón), se organizó una distribución en la sede de la Comunidad.