Han pasado 80 años desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial y 30 desde que cayó el comunismo en Europa: dos acontecimientos que forman parte de la historia del siglo XX y que empezaron precisamente en Danzica. Por eso algunos representantes de las Comunidades de Polonia han ido en peregrinación de paz a la ciudad báltica, cuyo alcalde, Paweł Adamowicz, fue asesinado el pasado enero.
Tras el atentado, que provocó una fuerte conmoción en todo el país, en varias ciudades de Polonia se hicieron manifestaciones pacíficas contra el odio y la violencia, impulsadas sobre todo por estudiantes de secundaria y de universidad. En la ciudad de la "solidaridad", gravemente afectada por la guerra y capaz de impulsar una rebelión no violenta, Sant’Egidio invitó a los habitantes de Danzica a orar por la paz. Nombrando los países en guerra y las regiones del mundo que sufren tensiones y conflictos, la oración pidió que el odio, el desprecio y la violencia dejaran espacio a la paz, a la cortesía del lenguaje y a la acogida de los pobres.