MUNDO

Peregrinación de la Esperanza en Bangui, en la República Centroafricana, para celebrar el Jubileo

Aspirando a un futuro de paz y de reconciliación

La República Centroafricana, con poco más de 5 millones de habitantes, en un territorio algo mayor que el de España, es el antepenúltimo país del mundo por índice de desarrollo humano, superado solo por Sudán del Sur y Somalia. El país, rico en minerales, hace más de veinte años que vive un periodo de gran inestabilidad político-militar. Hay grandes esperanzas de reconciliación y de paz – un proceso en el que ha participado la Comunidad de Sant’Egidio– aunque en los últimos años han crecido las zonas de seguridad y de libertad de movimientos, empezando por la capital Bangui.

A la población, en su mayoría muy pobre (el 60% viven con 1,25 dólares al día), y sobre todo a la gran cantidad de jóvenes que hay, les cuesta mirar al futuro. Sant’Egidio está presente en el país desde 2019 con el  programa DREAM, que, además del tratamiento para el sida, se dedica a tratar  la epilepsia, muy extendida. Más recientemente, han surgido Comunidades de adultos y de jóvenes que ayudan a los niños de la calle a matricularse al colegio (el índice de analfabetismo supera el 50%) o a aprender un oficio, han abierto la Escuela de la Paz para los niños más pequeños de las bidonvilles y han empezado a conocer a personas ancianas, que viven rodeadas de prejuicios.

En este contexto el Jubileo de la Esperanza adquiere un significado particular. Por eso muchas personas participaron el miércoles en la Peregrinación de la Esperanza impulsada por la Comunidad de Sant’Egidio en Notre Dame de Fátima. La iglesia fue la elegida por el papa Francisco como lugar de los actos jubilares en la diócesis de Bangui porque hace 8 años fue objeto de un grave ataque terrorista en el que murieron 18 personas. En silencio y escuchando la Palabra de Dios, unas 170 personas de todas las edades, hicieron varias paradas en varios puntos de este lugar de dolor que hoy ha resucitado, antes de pasar la puerta santa, que se colocó expresamente en esta iglesia, y participar en una oración presidida por el padre Léon Hounsa, amigo de la Comunidad: adultos, jóvenes, niños de la calle y enfermos rezaron por su renovación personal y por la renovación de la República Centroafricana mirando a un futuro distinto, que pasa por la amistad con los pobres y por dejar a un lado lo que divide. Durante la oración se leyó una carta de la Comunidad de Sant’Egidio de Roma en la que se expresaba que estaba al lado de la Comunidad de Bangui en la Peregrinación de la Esperanza.