Navidad 2018
Queridos amigos,
El ángel, que dice que habrá una alegría para todo el pueblo, anuncia la Navidad de Jesús. Habrá una señal: un niño envuelto en pañales, que han puesto en un pesebre, en un lugar donde normalmente están los animales. Jesús nace precisamente en ese lugar tan humilde y pobre.
Una gran alegría. La Navidad es una fiesta, y es una fiesta para mirar al futuro y mirar al futuro con confianza.
Cuando se habla de niños que nacen, pensamos en seguida en el futuro. La tradición oriental nos habla de un niño que rejuvenece a la humanidad. En Navidad todos seremos más jóvenes, porque no nos miraremos a nosotros mismos, con nuestros problemas, con nuestras dificultades, con nuestro envejecer, sino que miraremos a un niño que nace para todos nosotros. Y este niño, como todos los niños que nacen en una familia, es motivo de alegría, pero tiene además otra gran cualidad: nos lleva a todos a su alrededor, es decir, supera la soledad que hay en cada uno de nosotros y supera la soledad en la que por desgracia viven muchas familias, tanto si son ricas como si son pobres, tanto si son acomodadas como si pasan apuros. Porque la soledad nos puede afectar a todos.
En Navidad, en cambio, vivimos un momento de familia, estamos todos juntos. Y es hermoso que en el Evangelio esté escrito que la alegría será para todo el pueblo. Para nosotros, la gente de Sant’Egidio, esto es especialmente cierto. La Navidad es la fiesta de todos porque todos buscan la alegría de la Navidad. Lo buscaremos aquí, en esta basílica de Santa María de Trastevere, en la gran comida de Navidad que se vivirá en muchos países del mundo y en muchas situaciones distintas.
Quisiera decir también que todos los pueblos buscan alegría y futuro, incluso aquellos pueblos para los que tal vez la Navidad no tiene el mismo sentido que para los que somos cristianos. Y eso es algo muy hermoso, algo muy verdadero. Porque la Navidad de algún modo une todo el mundo, a todos los pueblos, todas las culturas, incluso a quienes no conocen a Jesús. Porque todos, sea cual sea nuestra edad, necesitamos ver que hay un futuro y necesitamos vivir en la alegría. Por tanto, deseo que esta Navidad sea realmente una Navidad de alegría para todos, que es precisamente el sentido de la comida de Navidad de nuestra Comunidad y es el sentido de la Navidad en la que nadie queda excluido, en la que todos son invitados, en la que se confunde quien sirve y quien es servido y en la que realmente hay sitio para todos.
Porque todos tienen derecho a no estar solos, por Navidad, y también todos los días de la vida: todos tienen derecho a la alegría, todos tienen derecho al futuro. Y lo pienso especialmente para los migrantes, que son muchos y que buscan un futuro, lo pienso para todos aquellos países y aquellos pueblos que todavía viven el drama de la guerra y de la violencia. Para que la paz sea el futuro de todos. Este es el deseo de Sant’Egidio: una Navidad de alegría, una Navidad de paz, una Navidad en la que haya sitio para todos.
¡Feliz Navidad!
Marco Impagliazzo
Presidente de la Comunidad de Sant'Egidio
Si nos quieres ayudar... descubre cómo >