La masacre de Pittsburgh, en una de las sinagogas históricas de Estados Unidos, suscita indignación por las nueve víctimas inocentes de un antisemitismo que nos echa atrás en el tiempo y debe preocupar de cerca también a Europa, donde se han multiplicado recientemente los episodios de racismo y de discriminación. La Comunidad de Sant’Egidio expresa su solidaridad a la comunidad judía, atacada una vez más, y su cercanía a las familias de los que han perdido la vida y de los que han sido heridos en el absurdo ataque de hoy. Al mismo tiempo invita a las instituciones y a todos los ciudadanos a no subestimar las palabras de odio que se siembran en nuestras sociedades. Más bien hay que multiplicar el trabajo para contrarrestar el racismo y el antisemitismo con la cultura del encuentro, de conocer el presente y de recuerdo del pasado.