En las ciudades bávaras de Múnich y Wurzburgo, Sant'Egidio y la comunidad judía conmemoraronn el inicio de la deportación de judíos a campos de concentración las noches de finales de noviembre de hace 81 años. Miles de judíos fueron obligados a abandonar sus hogares y fueron enviados a campos de exterminio, de los que solo unos pocos sobrevivieron. Entre ellos estaba Ernst Grube, que entonces era un niño, y que recuerda el horror de aquellos momentos. Escucharon su testimonio, entre otros, muchos jóvenes de escuelas, judíos y representantes de las iglesias cristianas y migrantes que huyeron de las guerras que aún hoy se ciernen sobre muchas partes del mundo. La más reciente y cercana la recordó Nadia Useryanska, de 92 años, judía ucraniana que sobrevivió al Holocausto y ahora, según dijo, es «una de las muchas víctimas de esta terrible guerra».
Los testimonios que se oyeron hicieron salir de los participantes un mensaje de condena de los cada vez más habituales actos de violencia racista y antisemita y el compromiso de crear una convivencia inclusiva y un mundo de paz.