Este año el verano, con el calor y el buen tiempo, ha llegado pronto a Pecs (Hungría). Se respira en el aire el aroma de vacaciones y las ganas de libertad que todos comparten, jóvenes y ancianos. Ganas de salir de la monotonía de ciertos días para salir juntos.
Las montañas Mecsek son encantadoras por su belleza, con jardines acogedores y lagos que refrescan incluso el alma. Estofado de ciervo para comer, cocinado por un grupo de cazadores, y luego un buen rato cantando canciones ante una taza de café y un pastel: son pequeños detalles de un día maravilloso que la Comunidad de Pecs ha organizado junto a los ancianos de tres residencias.
Ha sido el primero de una larga serie de días veraniegos: "no me dejéis en la residencia la próxima vez, por favor", ha dicho la señora Margit. Ya puede estar segura de que no la vamos a dejar.