En una asamblea a la que han participado muchos jóvenes y adultos, durante la visita que hizo a la Comunidad de Sant’Egidio de Kiev los días 26 y 27 de mayo, Andrea Riccardi habló del amor por Ucrania, por su historia y su realidad, que desde los años 80 une a la Comunidad a aquel país. “Sant’Egidio en Ucrania –dijo– es hoy una presencia de paz, de solidaridad con los pobres, de diálogo entre las distintas confesiones cristianas”. El sufrimiento de la guerra la dureza de las condiciones de vida de muchos que viven en la calle, el abandono de los ancianos, la exclusión de los gitanos, la soledad de los jóvenes, la voluntad de mucha gente de hacer algo por los demás han sido algunos de los temas que han centrado el intenso diálogo de la asamblea. La participación de algunas familias que apadrina a niños y jóvenes del programa de apadrinamiento se de la Comunidad de Sant’Egidio recordó también la feliz experiencia de acogida y vi ayuda a muchos niños abandonados y huérfanos. La esperanza de cambiar el mundo que impulsó a los jóvenes estudiantes ucranianos en años anteriores, aunque pareció apagarse ante la trágica desilusión de la guerra, ha encontrado una nueva respuesta en la solidaridad concreta y en la amistad con los pobres, como dijeron varios de los jóvenes presentes.
Andrea Riccardi, junto a una delegación de representantes de las Comunidades de Sant’Egidio de Ucrania, hizo un gesto de homenaje al recuerdo de las víctimas de los enfrentamientos de la plaza Maidán de 2014. Las flores depositadas en la calle Institutska, en el lugar donde murió el mayor número de personas por la actuación de francotiradores, bajo la Cruz que se erige al lado de los nombres y de los rostros de las víctimas de la violencia, fueron una señal del compromiso por la paz que la Comunidad de Sant’Egidio en Ucrania lleva a cabo primeramente con la oración y la solidaridad con los pobres.
La visita de Andrea Riccardi a la capital ucraniana terminó con el encuentro con un grupo de personas sin hogar y de ancianos de en la sede de Sant’Egidio de Kiev. Una humanidad doliente formada por jóvenes y adultos sin hogar, por ancianos que viven en las calles de la ciudad y en los túneles del metro buscando ayuda, es hoy el otro rostro de una ciudad hermosa y con una gran historia. Guerra y crisis económica han aumentado las filas de este pueblo de pobres, con quien la Comunidad ha establecido una estrecha relación formada por amistad, ayuda, apoyo, defensa de sus derechos. Esta proximidad de amistad y solidaridad alivia el peso de historias dolorosas, debidas duras, de humillaciones y violencia, de largos y rígidos inviernos. Los rostros marcados por la dureza se distinguieron con la sonrisa durante el encuentro familiar y conmovedor con Andrea: “la amistad con los pobres es un oasis de paz en una Ucrania en guerra”.
Encuentro con un grupo de personas sin hogar en Kiev Recuerdo de las víctimas de los enfrentamientos de la plaza Maidán