Una larga entrevista centrada en el futuro de Europa, empezando por los jóvenes y por la construcción de la paz. No era la primera vez que Angela Merkel se reunía con Andrea Riccardi. Y eso sucedió hace tres años, también en la capital alemana, y – además de otras ocasiones– en febrero de 2015 la canciller visitó a la comunidad en el Trastévere. Pero esta tarde, en Berlín, la audiencia concedida al fundador de Sant'Egidio ha durado más de 50 minutos y ha permitido repasar los temas más sensibles que afectan al viejo continente en búsqueda de nuevas visiones comunes. En primer lugar la pervivencia de Europa y de todos sus valores: no son solo algo del pasado sino que deben alimentar su futuro. Así pues, si queremos avanzar en un proyecto de integración, hay que involucrar con nuevas iniciativas a las jóvenes generaciones. Para ellas, han coincidido Merkel y Riccardi – junto al presidente de Sant'Egidio Marco Impagliazzo y que también estaba presente en la reunión– hay que inventar un "Erasmus del empleo" que favorezca empleos útiles socialmente, que contribuya a la formación y a la inserción laboral. Para ello hay que simplificar mecanismos farragosos que muchas veces se convierten en barreras.
Para las dos personalidades –ambas galardonadas con el premio Carlomagno– el fenómeno de la inmigración debe afrontarse con políticas que sepan combinar humanidad y seguridad. Merkel se ha felicitado por el éxito de los corredores humanitarios impulsados por Sant'Egidio. A las iglesias protestantes, que hasta el momento ha permitido que 800 refugiados sirios lleguen de manera segura a Italia. Para ellos (porque viajan en avión y no en barcazas) y para los ciudadanos europeos (por los controles que se realizan en origen). Es un modelo para Europa que el mes pasado también adoptó Francia.
Pero con el fundador de una comunidad que trabaja por la reconciliación y la construcción de la paz en varias zonas del mundo, Merkel habló también de cooperación internacional en los países africanos más desfavorecidos, muchos de los cuales son el punto de partida de los emigrantes hacia Europa. África es considerada como "la nueva frontera de Europa", empezando por el Sahel. La cooperación debe ayudar a construir las sociedades civiles africanas para que creen empleo y desarrollo. Hay que ampliar las posibilidades de emancipación de la pobreza y de la marginalidad de grandes franjas de población. A este respecto, se ha puesto de manifiesto la función estratégica de programas como el que Sant'Egidio puso en marcha para fomentar la inscripción en el registro civil en África ("BRAVO"), especialmente en Burkina Faso donde han salido de la "invisibilidad" más de 3 millones y medio de personas mayoritariamente menores de edad.
Merkel fue indicada al próximo encuentro de oración por la paz que este año se se celebrará en las ciudades alemanas de Münster y Osnabrück (del 10 al 12 de septiembre de 2017). Otra parte importante de la reunión ha abordado el tema del diálogo interreligioso. Para la canciller el Islam africano, junto a las iglesias "históricas", católicas y protestantes, deben trabajar juntos tantas con el objetivo de contribuir a construir la sociedad civil y fomentar la reconciliación en zonas a menudo marcadas por la violencia y por los conflictos: un llamamiento contra todo fundamentalismo, el de los grupos radicales islamistas y el de las sectas de fermentación cristiana cada vez más numerosas en África. Un trabajo por la paz y el diálogo que ya es terreno de encuentro y de colaboración entre el gobierno alemán y la Comunidad de Sant'Egidio pero que quieren intensificar.
Berlín, 25 de abril de 2017
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