En las últimas semanas oleadas de calor fuera de lo normal han asolado varios países africanos, con consecuencias devastadoras para la población. En Bamako (Mali) el termómetro ha llegado a marcar 45º a la sombra, y el número de fallecimientos registrado hasta el momento es 10 veces superior a la media de la estación, y los ancianos son las primeras víctimas.
Como consecuencia del cambio climático (los expertos hablan de un aumento de la temperatura de 2ºC) los efectos de El Niño son cada año más devastadores. El Niño, es un fenómeno climático provocado por un aumento de la temperatura del mar cada tres-siete años, que desequilibra el conjunto meteorológico global. Los efectos de El Niño varían en las distintas regiones del continente, algunas afectadas gravemente por inundaciones y otras por fuertes sequías, como en el Cuerno de África hasta las regiones meridionales el continente, como Angola y Zimbabue, y también en África occidental, especialmente en Mauritania y Mali.
Allí la situación es especialmente dramática: las reservas de agua no alcanzan para toda la población. El Gobierno ha puesto en marcha la construcción de una nueva red de acueductos para aumentar las reservas hídricas de la capital, pero está previsto que las obras terminen en 2018. Mientras tanto en Mali la gente muere, hasta el punto de que en las morgues no hay espacio, con el grave peligro que de difusión de epidemias que ello comporta.
Frente a esta grave situación la Comunidad de Sant'Egidio de Mali ha puesto en marcha una campaña de sensibilización centrada sobre todo en los ancianos, para dar indicaciones básicas que permitan contener los daños provocados por el exceso de calor.
Ha creado un vademecum en francés y bamara que se reparte por los barrios, las parroquias, y especialmente a los ancianos y a las personas en situación de fragilidad. La campaña de sensibilización se difunde también por la radio.