Un grupo de la Comunidad de Sant'Egidio de Roma está estos días en Kíev. Es un signo de cercanía y solidaridad con el pueblo ucraniano que en los últimos años ha sufrido por la violencia y la guerra, como recordó recientemente el papa Francisco, que invitó a dedicar la colecta de las misas del domingo 24 de abril a los cristianos de aquel país, donde, en palabras del Papa, está en curso una auténtica "catástrofe humanitaria".