Tras el reciente ataque a Kajuru, en el estado de Southern Kaduna de Nigeria, por parte de extremistas Fulani, la Comunidad de Sant’Egidio ha ido a ayudar a los 283 desplazados que han encontrado protección en la cercana ciudad de Kachia, y les ha proporcionado bienes de primera necesidad. Estas personas se suman a los desplazados internos, que ascienden a casi 2 millones, especialmente en la región noreste, a causa del terrorismo. Desde febrero solo en aquella región han muerto ya 200 personas.
En Nigeria, desde hace siglos, hay una lucha entre pastores fulani de origen musulmán y campesinos de mayoría cristiana por el control de los recursos económicos como la tierra y el agua. Además, recientemente se han sumado la desertificación, que lleva a la gente a buscar tierras hacia el sur, y el uso desenfrenado de las armas, que son instrumento de violencia y ataques. Los campesinos suelen ser víctimas de estos ataques y en los últimos años el conflicto se ha agravado por el ánimo de venganza. Solo en 2018 fueron asesinadas unas 1700 personas, que son más que las víctimas de Boko Haram.
Las oraciones, las ayudas y las visitas de la Comunidad han sido recibidas como una señal de esperanza y de paz. .
