Las guerras que hay en curso, que ya han provocado terrible sufrimiento a la población y un enorme número de víctimas civiles, están llegando a amenazar la salvación de toda la humanidad. Lo repite firmemente el papa Francisco, que pide a la comunidad internacional que ponga fin de manera urgente a los conflictos e invita a todo el mundo a trabajar por la paz:
“Nuestro mundo –nos ha recordado recientemente– está dividido y herido por el odio, por las tensiones, las guerras y las amenazas de un conflicto nuclear. Esta situación impulsa a los que somos creyentes en el Dios de la paz a rezar y a trabajar para el diálogo, la reconciliación, la seguridad y el desarrollo integral de toda la humanidad. La dedicación a la paz que podemos mostrar juntos nos hace creíbles a ojos del mundo y en particular a ojos de las nuevas generaciones”.
Nos sumamos a este llamamiento con una Oración por la paz abierta a todos, que sirva para relanzar con firmeza una necesaria movilización a varios niveles para pedir el fin de los conflictos, para devolver el futuro a quien lo ha perdido a causa de la violencia y de las armas, para hacer frente a la absurda rehabilitación de la guerra como solución de los problemas entre los pueblos.