En el pesebre de Santa María, del que publicamos algunas imágenes, alrededor de Jesús hay un mundo en el que muchos esperan algo: esperan las personas sin hogar, esperan los refugiados que llegan con los corredores humanitarios, esperan los enfermos que reciben tratamiento en los centros DREAM o en la casa de la Amistad, esperan los niños de la Escuela de la paz, los gitanos o las familias pobres que reciben alimentos y atención en las casas de la Amistad, esperan todos los que, acogidos en la familia del Señor, tienen un sitio en la mesa de la Navidad.
Es el pueblo con el que la Comunidad de Sant’Egidio comparte la Navidad y todos los días del año, por las calles y en las casas, en las periferias del mundo, que espera al Señor, el príncipe de la paz.
En vísperas del Jubileo de la Esperanza, que empezará precisamente la noche de Navidad, contemplemos, en este pesebre, las esperanzas de un mundo que, en medio de la oscuridad de las guerras y de la pobreza, ve la luz en el nacimiento de Jesús, príncipe de la paz.
PARA QUE ESTA NAVIDAD SEA UN SIGNO DE ESPERANZA PARA MUCHOS, NOS PREPARAMOS PARA ACOGER A LOS POBRES.
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