Según los datos de la Unesco, todavía hay muchas personas en el mundo que tienen problemas para acceder a la escolarización básica, la que permite tener al menos los elementos esenciales para leer y escribir, es decir, para orientarse en la vida. Las estadísticas más recientes muestran que una de cada siete personas adultas o de más de 15 años (765 millones de personas) no tiene competencias de alfabetización básica, mientras que cerca de 250 millones de niños entre 6 y 18 años no van a la escuela.
Las dos regiones más afectadas por este alarmante fenómeno son el África subsahariana y Asia central. Es un dato dramático que lleva a preguntarse sobre el futuro al que tiene acceso una relevante parte de la población mundial. Desde 1967, el 8 de septiembre ha sido el Día Internacional de la Alfabetización, un día que quiere recordar el derecho universal a la educación, una premisa indispensable de la dignidad humana, la integración y el desarrollo.
La Comunidad de Sant’Egidio siempre ha trabajado en pro del derecho a la educación de los menores, de las mujeres, de los inmigrantes y de las minorías, como los gitanos. Su actividad educativa va desde las Escuelas de la Paz para niños y jóvenes, que están presentes en todos los continentes, hasta las Escuelas de Lengua y Cultura para migrantes en varios países, recientemente también en campos de refugiados que se encuentran en las fronteras de Europa.
El nuevo año escolar, ya a las puertas, empieza para los más pequeños lleno de esperanza por lo que podrán aprender en la escuela y en la vida. Pero habrá que prestar especial atención y habrá que dar la máxima ayuda posible a los niños que viven en países en guerra como Ucrania o Gaza, o en algunos países africanos, como Sudán, que sufren por un conflicto civil y una grave carestía, y el este de la República Democrática del Congo.
Sant’Egidio espera que se dé a la educación el lugar que se merece, que todos tengan la posibilidad de acceder a las actividades educativas de los centros de todo tipo y nivel y que nadie se quede atrás: una “escuela para todos”, porque el derecho a la educación es un derecho universal que todo el mundo debe tener.