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Sant’Egidio auxilia a la población que se ha quedado sin casa tras el desahucio de algunas grandes bidonvilles de Abiyán

Abiyán, capital económica de Costa de Marfil, está viviendo un rápido desarrollo y una considerable modernización de sus infraestructuras gracias, entre otros motivos, a la reciente celebración de la Copa de África de fútbol. Sin embargo, una parte importante de la población no se beneficia de este nuevo bienestar. Precisamente hace unos días, tras la victoria de la selección nacional, el distrito que gobierna los municipios del área metropolitana (unos 5 millones de habitantes) ha procedido a un gran desahucio de algunas de las mayores bidonvilles de la ciudad, situadas junto a la autopista que lleva al norte del país.

Se trata de viviendas precarias ―algunas corren grave peligro durante la estación de las lluvias― donde viven miles de personas, las más pobres de la población. No son solo marfileños sino también ciudadanos de los países limítrofes (Burkina Faso, Mali, Guinea Conakry) que ya hace años, o incluso generaciones, que viven en el país. Durante el desahucio destruyeron también escuelas de primaria y centros de secundaria.

Para ayudar a las familias que se habían quedado sin casa, la Comunidad de Sant’Egidio de Abiyán puso en marcha una extensa recogida de ayudas de todo tipo: alimentos, ropa y tiendas para protegerse por la noche. Pero también fue de gran valor escuchar a las familias y acompañarlas en la búsqueda de una vivienda alternativa. A dicho propósito hicieron un llamamiento al distrito de Abiyán para que atendiera a la población afectada y para que el desarrollo de la ciudad no dejara atrás a una parte tan grande de sus habitantes y para que se hallaran soluciones humanas y vivibles.

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