Esta mañana han aterrizado en el aeropuerto de Roma con un vuelo procedente de Beirut 46 refugiados sirios, incluidos algunos menores. Han vivido durante mucho tiempo en campos de refugiados de la región de Akar, en el valle de la Bekaa o en viviendas precarias de la periferia de Beirut.
Su llegada a Italia ―en un momento dificilísimo para el Líbano a causa del cercano conflicto entre Israel y Palestina― ha sido posible gracias a los corredores humanitarios promovidos por la Comunidad de Sant'Egidio, la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia y la Mesa Valdense, de acuerdo con los Ministerios italianos del Interior y de Asuntos Exteriores, que desde febrero de 2016 han llevado a más de 2.700 personas de manera segura al país transalpino. En total, han llegado a Europa 6.500 refugiados con los corredores humanitarios.
Los núcleos familiares que han llegado hoy serán acogidos en 7 regiones italianas (Lacio, Sicilia, Calabria, Piamonte, Véneto, Campania y Toscana), en parte gracias a sus parientes, que llegaron con anterioridad gracias a los corredores humanitarios y que están integrados en Italia, y en parte en casas que familias italianas y asociaciones han puesto a disposición para ellos. Estas los acompañarán en el itinerario de integración, gracias al aprendizaje de la lengua italiana y, una vez hayan obtenido el estatus de refugiado, gracias a la inserción en el mercado de trabajo.
Los corredores humanitarios, totalmente autofinanciados, son una iniciativa de la sociedad civil que demuestra lo importante que es evitar los viajes por mar ―y por tanto, las redes de traficantes de personas― y acoger e integrar. Se trata de una buena práctica reconocida a nivel internacional que puede ser un modelo para toda la Unión Europea. En este tiempo en el que se multiplican las guerras, los corredores humanitarios son una respuesta concreta para personas y familias vulnerables, que tienen el derecho a ser protegidas y a las que hay que ofrecer vida y esperanza de futuro.