Desde el 21 de junio una delegación de la Comunidad de Sant’Egidio de Roma, encabezada por Cristina Marazzi, está de visita a las comunidades de Sant’Egidio de Mozambique. La primera etapa fue en Maputo, donde hay varios centros de tratamiento del programa Dream, que empezó allí, y de Bravo!
La visita siguió en la Escuela de la par de Polana Caniço, una de las primeras del país, y en el servicio de los Jóvenes por la paz de Maputo con los pobres que viven por la calle, muchos de los cuales son niños, a los que la Comunidad, en un clima de amistad y familia, les lleva la cena, ropa y mantas desde hace cinco años.
El sábado se celebró una asamblea con más de doscientas personas de las Comunidades de Maputo y Matola. Cristina Marazzi recordó que el Espíritu inspira la unidad de la Comunidad en muchos lugares del mundo, y la convierte en una familia global. También recordó que Mozambique y su historia tienen un fuerte vínculo con la vida de Sant'Egidio desde hace 40 años. Rememorando el acuerdo de paz de Mozambique de 1992, que se firmó en Roma gracias a la mediación de Sant'Egidio, recordó que Sant’Egidio es una casa de paz en el mundo donde se vive fraternidad y amistad para todos, una paz que todos estamos llamados a construir con diálogo, amistad y solidaridad en nuestras sociedades. "Jesús se identifica en los pobres y nos invita a encontrarlo en los lugares de sufrimiento y de dolor de nuestras ciudades. Ser comunidad con los pobres ―dijo― forma parte del carisma y de la originalidad de Sant’Egidio, que es una fuerza de transformación que puede cambiar el mundo y construir un mundo de paz".