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Escuelas de la Paz, ancianos y ecosolidaridad: Sant'Egidio con los pobres en Uganda

La vida de los niños en Uganda no es fácil. Aunque el nivel de escolaridad va mejorando (la tasa de alfabetización llegó al 79% en 2021), la vida de los menores está expuesta a mil riesgos: en una nación donde solo el 32% de la población está inscrita en el registro civil (datos del Banco Mundial) no es fácil proteger la vida de los más pequeños del maltrato, la trata de personas, la explotación laboral y sexual.

Estos son los problemas a los que se enfrentan las Escuelas de la Paz de Sant'Egidio, repartidas por varios distritos de Kampala (Muyenga, Katwe, Makerere, Nakulabye y Ntinda), en Lira en el norte del país, en Nakivale y en el campo de refugiados de Nyumanzi, donde la Comunidad se compromete semanalmente a ofrecer oportunidades de crecimiento y desarrollo a más de 400 menores.

Pero incluso los ancianos, que también representan una pequeña minoría de la población de Uganda (solo el 1,68% en el 2021), se ven empujados hacia los márgenes de la sociedad por varios problemas, el primero de los cuales es la apropiación indebida de bienes. De hecho, es fácil aprovecharse de la fragilidad de una persona mayor para quitarle la tierra que es su principal fuente de sustento. Sant'Egidio trabaja incansablemente para concienciar a la ciudadanía sobre este tema y para defender los derechos fundamentales de las personas mayores, buscando que mantengan el acceso a los recursos que necesitan para vivir una vida digna.

Otro desafío crucial se refiere a la falta de servicios de salud adecuados y la ausencia de programas que garanticen el acceso gratuito al tratamiento. Pero sobre todo está la necesidad de superar los prejuicios que rodean a quienes llegan a una edad avanzada y que son víctimas del aislamiento cuando no de la violencia explícita. Por eso, la Comunidad trabaja arduamente para superar estas barreras de prejuicios y crear espacios de diálogo intergeneracional que favorezcan el entendimiento y el apoyo mutuo.

Recientemente, la Comunidad de Kampala ha puesto en marcha, en el distrito de Muyenga, un original camino para ayudar a las personas en dificultad, inspirado en la experiencia de la Ciudad Ecosolidaria que Sant'Egidio ha abierto en Roma desde hace muchos años. A través de la recolección y reciclaje de ropa que ya no se usa, pero en buen estado, no solo se responde a las necesidades de los más pobres, sino que se crea un círculo virtuoso que contrasta la “cultura del desecho” y a través del reciclaje y la reutilización se desarrolla lo que la encíclica Laudato Sí define una "ecología integral".