«No somos equidistantes, sino que estamos en contra de la guerra». Entrevista a Andrea Riccardi en La Repubblica

Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, una de las promotoras de la manifestación por la paz de Roma: ¿se esperaba esta avalancha de manifestantes?
«No imaginé que habría tanta gente, ha sido una imagen preciosa: aunque la plaza ya estaba llena seguía llegando gente. Eran sindicatos, asociaciones, el mundo católico, y también muchos jóvenes y ancianos. Un pueblo por la paz que también ha sacado a la calle la angustia que se ha estado gestando durante 8 meses por Ucrania y la agresión rusa».
¿Las razones de la manifestación son las del pacifismo «sin sies ni peros»?
«En las últimas décadas, se ha ido rehabilitando la guerra como compañera de la historia de la humanidad. La palabra paz ha sido archivada o se ha convertido en sinónimo de debilidad. Volvamos a poner la paz de manera coral en el primer lugar de la agenda política. Puede haber políticas diferentes, pero la paz es el fin de todas ellas. Estamos en un marco global, global, no irénico, sino conflictivo, en el que las guerras comienzan y no terminan. Eso es lo que ha ocurrido en Siria».
¿También es lo que puede pasar en Ucrania?
«Sí, porque Siria fue un laboratorio de lo que está sucediendo en Ucrania, de la brutalidad rusa en la guerra. La manifestación pacifista no ha sido una manifestación neutral. No sé qué tenían en mente los 100 000 manifestantes, pero todos tenían en el corazón la paz justa para Ucrania».
Usted ha elegido la manifestación de Roma. ¿Qué piensa de la de Milán, en la que se ha acusado a la manifestación arco iris de Roma de ser filoputiniana y equidistante con el agresor (Putin) y con el atacado (el pueblo ucraniano)?
«La manifestación de Roma no ha sido política, sino popular. No ha sido un punto final, sino un inicio. Nadie puede utilizar políticamente esta manifestación para polémicas de corto alcance. Conozco la guerra. La he visto en Mozambique, en el Líbano, en muchos países africanos: con la guerra no se juega, no la podemos utilizar para nuestras polémicas italianas».
¿Y usted no es equidistante?
«Creo que siempre he estado muy cerca de Ucrania, desde los movimientos independentistas de la década de 1980. No hay equidistancia, sino una gran pasión por aquel pueblo que ha tenido que abandonar su país, por las mujeres que salvan a sus hijos y por los hombres que resisten. ¿Filoputinismo? ¿Dónde lo ve? Pedimos que los rusos que huyen porque no quieren luchar sean acogidos en Europa. No somos neutrales, sino que estamos a favor de la paz».
¿Debe Italia refinanciar el envío de armas a Kiev?
«La autodefensa de Ucrania es un valor, pero Ucrania necesita más diplomacia. En esta situación la diplomacia sufre enanismo, los grandes actores europeos y mundiales muestran pasividad diplomática. Deben intervenir Estados Unidos, China y la comunidad internacional».
En el discurso que ha pronunciado desde el palco ha citado al papa Bergoglio. ¿Es ese, el camino?
«Sí, el papa Francisco hace un llamamiento al presidente de la Federación rusa para que saque a su pueblo de la espiral de la guerra, y al presidente de Ucrania para que esté abierto a propuestas serias de paz. La opinión pública europea se siente desorientada e impotente. Debe recuperar su centralidad haciendo oír su voz e inspirando políticas que pongan fin a la guerra de la manera justa».

[ Giovanna Casadio ]

[Traducción de la redacción]