En los últimos meses ha crecido la amistad entre la Comunidad de Sant'Egidio de Praga y varias familias ucranianas que huyeron de la guerra y han sido acogidas en la ciudad. La Comunidad, en los últimos meses, ha ayudado a los niños a entrar en la escuela y ha puesto en marcha una escuela de idiomas para las madres.
Recientemente, familias principalmente compuestas de mujeres y niños, han sido invitadas a pasar unas vacaciones en un monte no muy lejos de la ciudad. También había personas bajo diálisis que, gracias a la intervención de Sant'Egidio, ahora son atendidas en hospitales de Praga.
Han sido días de amistad y serenidad para todos. Sofia, de 87 años, de Kharkiv, dijo, conmovida, que por primera vez sintió que estaba de vuelta en casa con su familia. Vitalij expresó su alegría al decir que nunca hubiera pensado que podría haber una verdadera amistad como esta.
Durante las vacaciones hubo paseos, fiestas, juegos con los niños y finalmente una oración por la paz al aire libre. Se leyeron los nombres de los países en guerra, alternando entre el ucraniano y el checo. La oración común por la paz fue un signo para todos de que nadie es olvidado.