Desde hace algunos meses, refugiados de Mozambique llegan a Malaui huyendo de los violentos ataques en el norte del país.
De hecho, desde 2017, el extremo norte de Mozambique, la provincia de Cabo Delgado, ha sido víctima de ataques de extremistas islámicos. Algunas familias que llegaron en abril fueron acogidas en un lugar cerca de Mangochi, una ciudad cercana a la frontera con Mozambique. El centro, construido inicialmente para dar cabida a las personas afectadas por los numerosos desastres naturales que han afectado a Malaui en los últimos años, es administrado actualmente por el Departamento de Refugiados del Ministerio del Interior de Malaui con el apoyo del ACNUR y se utiliza como punto de tránsito para quienes esperan obtener el estatus de refugiado.
El centro no tiene un médico asignado ni suministros médicos, y las personas deben usar los centros de salud gubernamentales que están muy lejos de aquella zona. Los niños tampoco tienen ningún tipo de escolarización. Una delegación de la Comunidad de Sant'Egidio de Mangochi visitó el lugar y se reunió con las familias. Les dieron jabón y ropa y les prometieron regresar pronto con más ayudas.