La Comunidad de Sant’Egidio se suma a la Jornada Mundial de oración del próximo 14 de mayo "para salvar al mundo entero de las repercusiones sanitarias, económicas y humanas de la grave pandemia del Covid-19" propuesta por el alto comité de la Fraternidad Humana, formado por los líderes religiosos que se inspiran en el histórico documento de Abu Dabi firmado por el papa Francisco y el gran imán de A-Azhar, Al-Tayyeb.
"En estos meses de pandemia –explica el presidente de Sant'Egidio, Marco Impagliazzo, anunciando la adhesión de la Comunidad– los creyentes de todas las religiones se han encontrado codo con codo para ayudar a quien estaba peor, a quien sufría, a quien no tenía nada que comer, sin diferencias ni discriminaciones". Como Comunidad de Sant’Egidio "creemos que la amistad en la caridad con los más pobres es una enseñanza importante para todos (creyentes de las distintas religiones y no creyentes), porque proteger los derechos de los enfermos, especialmente de los ancianos, de los débiles, de los discapacitados, de los pobres, de las personas sin hogar es –como dice el documento sobre la fraternidad humana– una exigencia tanto religiosa como social".
"La oración común del 14 de mayo –espera Impagliazzo– debe ser una señal espiritual y universal para todos: a pesar de las diferencias no nos salvamos solos, sino únicamente reconociendo nuestra cercanía en la común humanidad y haciendo frente juntos a la lucha por la vida de todos, esperando que las autoridades civiles del mundo adopten la colaboración común como conducta para lograr el fin de la pandemia". (Texto íntegro)