Mario Marazziti, de la Comunidad de Sant’Egidio, y coordinador de la WCADP (Worldwide Campaign Against the Death Penalty) ha propuesto una Moratoria Olímpica 2020 de las ejecuciones capitales, que ha recibido el apoyo del Interparliamentary Group on the Future of the Death Penalty de Japón.
La propuesta de moratoria se sitúa en el ámbito del Simposio internacional "No Justice Without Life", como parte de la preparación y del apoyo al viaje apostólico del Papa a Japón, que plantea como cuestión central la defensa de la vida y de la dignidad humana en cualquier circunstancia. El Simposio, en la vigilia de la llegada del Papa, ha sido organizado por la Comunidad de Sant’Egidio y ha contado con la participación de representantes del All-Party Parliamentary Group to consider the Future of the Death Penalty de Japón y de la JFBA, la Asociación Nacional de Abogados de Japón, así como de varios representantes del budismo japonés y de varias personalidades.
El llamamiento para una Moratoria Olímpica 2020 de las ejecuciones capitales ha sido impulsado y relanzado por representantes de varios partidos de la mayoría y de la oposición presentes, en vista a una reflexión más profunda sobre el sistema judicial japonés –especialmente sobre las figuras jurídicas de la confesión, la custodia policial y el interrogatorio, a la luz de varios casos judiciales–, hacia la total abolición de la pena capital en Japón.
En el Simposio hablaron sobre errores judiciales Hideko Hakamata (en la foto), hermana del condenado a muerte liberado 48 años después de su condena, Iwao Hakamata, y un condenado que pasó casi veinticinco años en el corredor de la muerte, en el caso conocido como "Fukuoka incident". De sus palabras, de la adhesión cada vez más amplia a un movimiento de abolición de la pena de muerte y de las grandes expectativas que ha levantado el viaje del Papa, se deducen grandes esperanzas de que también Japón se sume a aquel cambio de la historia que define la pena de muerte como "inadmisible".