A la puertas del encuentro de jóvenes europeos de Sant’Egidio, que empezará esta tarde en Cracovia, ha dado su testimonio Admon Alhabib, de 20 años, que ha llegado de Siria con los corredores humanitarios.
Ha dirigido un mensaje a los participantes de "A Global Friendship to Live Together in Peace" centrado en la amistad y, dirigiéndose a las personas que lo han acogido, ha dicho: "me han dado la vida: cuando era joven no tenia nada, no tenía sueños, en mi país destruido por el Ejército Islámico, pero ahora tengo muchos amigos". Y luego añadió: "Ayudo a los ancianos con Sant’Egidio, sigo estudiando italiano y he terminado un año de servicio civil: me siento incluido".
El título –y también el mensaje de la conferencia– "Corredores humanitarios: una alternativa a la Europa de los muros", indica la concreción de un modelo de acogida difusa, que es posible gracias a la sociedad civil y que sabe dar respuesta a las necesidades de personas en condiciones de especial vulnerabilidad, como han demostrado las historias de Alessandro Cicchera, de la Operación Colomba, y la exposición del programa que ha hecho Pieter Wieërs, de la Comunidad de Sant’Egidio. Las difíciles situaciones que se viven en el Líbano, como ha explicado el activista y maestro sirio Abdel Rahim, y de Libia, requieren una acción de los países europeos, en un espíritu de solidaridad.
El encuentro "Global friendship" empieza, pues, esta tarde con jóvenes de 18 países europeos que eligen el camino de la solidaridad para construir una Europa más acogedora y un mundo donde la guerra y la violencia no sean nunca una respuesta.