Los distritos de Balaka, Mulanje y Chikwawa y las zonas del sur del país más cercanas a Mozambique fueron las más afectadas por el ciclón Idai. El desastre provocó la pérdida de vidas y muchos desplazados que lo perdieron todo.
Tres meses después muchas familias todavía están viviendo en campos que ellos mismos han creado sin recibir ninguna ayuda externa. Además, los que pudieron volver a sus pueblos no tienen nada que comer porque el ciclón se llevó por delante las cosechas que eran su patrimonio. Los más jóvenes se han ido de los pueblos, donde solo quedan ancianos y niños que sobreviven a duras penas. Durante las últimas semanas, las Comunidades de Sant'Egidio del país han organizado un segundo reparto de alimentos, medicamentos y material para reconstruir las casas sobre todo de los ancianos. La ayuda ha llegado a unas 25.000 personas.
Anastasia, madre de cinco hijos, soltera, que mantenía a sus hijos vendiendo carbón, nos dijo:
"Todo pasó durante la noche. Estábamos durmiendo y de pronto mi casa se derrumbó y el agua se lo llevó todo. No tuve tiempo de salvar nada, pero gracias a Dios mis hijos y yo nos pudimos salvar. Doy las gracias a Sant’Egidio porque no nos ha abandonado, siempre viene a ayudarnos y lleva a los pobres en el corazón".
También algunos jefes del pueblo quisieron expresar su agradecimiento por la ayuda y la fidelidad de los amigos de la Comunidad. "Fuisteis los primeros en llegar cuando hubo el ciclón y hoy volvéis. La mayoría de los grupos, incluido el Gobierno, nos ha abandonado. Vosotros sois el signo de que Dios no se olvida de nosotros".
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