No olvidar los nombres, las historias de los miles de migrantes que han perdido la vida en los terribles viajes de la "esperanza" por el Mediterráneo, intentando llegar a Europa, o cruzando la frontera entre Estados Unidos y México.
En ocasión del Día Mundial del Refugiado, la Comunidad de Sant’Egidio, en todo el mundo, conmemora este día con un recuerdo personal para salvar del anonimato las vidas y el drama de aquellos que buscan un futuro para ellos y para sus familias y por eso se ve obligado a enfrentarse a sufrimientos y dolores que en muchos casos llevan a la muerte.
Es una celebración que va de la mano de un compromiso puntual y cotidiano en las Escuelas de lengua y cultura, en la cooperación y la solidaridad con los países de origen de las migraciones, para mejorar las condiciones de vida e impedir que abandonen su tierra, con los programas de inscripción en el registro civil, con las Escuelas de la Paz, con la presencia en campos de refugiados como en Bangladés, entre los rohinyás y en Uganda con los refugiados de Sudán del Sur.